Cada día envidio la falta de angustia, de opresión en el pecho. La falta de aire que pesa y ahoga. La indiferencia, o quizás no lo sea tanto, de la incertidumbre, y ese latido intenso en el pecho que te hace los segundos horas. El vivir con la atmósfera pesada que se planta encima tuyo sin compasión, y sin tiempo.
Solo hay que respirar, hacer a una mente enemiga compañera. Inspira. Espira. Blanco. Inspira. Espira. Blanco. Inspira. Espira. Blanco. Inspira. Espira. Blanco.
Y de repente pasa. Sonido, paso, luz, figura. Inspira, largo, esta vez largo. El tiempo vuelve a ser materia exacta y la atmósfera sigue su curso.
Solo hay que respirar, hacer a una mente enemiga compañera. Inspira. Espira. Blanco. Inspira. Espira. Blanco. Inspira. Espira. Blanco. Inspira. Espira. Blanco.
Y de repente pasa. Sonido, paso, luz, figura. Inspira, largo, esta vez largo. El tiempo vuelve a ser materia exacta y la atmósfera sigue su curso.
Sandra