Aunque nunca mis palabras repercutan en tu pecho.
Yo lo mismo he de quererte, con los ojos, con el alma, sin palabras y en silencio.
Como sufren los que aman, los que aman en secreto.
Porque te llevo en el alma, como si fueras un sueño,
como si todo lo tuyo se adormeciera en mi pecho.
Bendita sean las horas que me traen tu recuerdo cuando a solas en mi cuarto
sin mirarte, yo te veo.
Y aquel viajero incansable que se llama pensamiento
que me lleva a todas partes para cubrirte de besos.
Porque tu me has enseñado ha querete desde lejos, con los ojos, con el alma.
Sin palabras y en silencio.
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