martes, 25 de junio de 2013

Fragilidad en un aliento.

No quiero caer en la fragilidad de las cosas que se vuelven frágiles con el tiempo. Como si los años consumieran poco a poco un infinito que se acerca y que al final no es tan eterno como pensábamos.
Pero hablo de fragilidad como ese aliento que va desgastando un ente que permanece firme desde el principio. Y ese aliento es el que decide todo, cuando al final, cuando todo da vueltas, delegas la verdad a una exhalación porque tu firmeza tampoco es ya tan firme.
La delgada fibra que distingue un aliento en la espalda y un aliento a la espalda. A esa fragilidad me refiero.
Sandra

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