sábado, 9 de febrero de 2013

Never let me go.

Nos duele tanto separarnos porque nuestras almas están unidas. Es probable que siempre lo hayan estado y que siempre lo estén. Quizá hayamos vivido mil vidas antes que esta y nos hayamos encontrado en cada una de ellas. Y hasta es posible que en cada ocasión nos hayamos separado por los mismos motivos. Eso significa que este adiós es a un tiempo un adiós de diez mil años y un preludio de lo que vendrá. 


Vengo aquí e imagino que éste es el sitio donde todo lo que he perdido desde mi infancia vuelve a mí. Me digo a mí misma que si fuera cierto, y esperara lo suficiente, una pequeña figura aparecería en el horizonte a través del campo, acada vez se haría más grande y vería a Tommy. Él me saludaría y quizá me llamaría. No permito que la fantasía vaya más allá. No puedo. IMe recuerdo que tuve la suerte de tenerlo un tiempo conmigo. No estoy segura de que, nuestras vidas hayan sido tan distintas de las vidas de los que salvamos. Todos finalizamos. Quizá ninguno de nosotros comprenda lo que ha vivido, o sienta que ha tenido suficiente tiempo.

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