Puede que mi sueño se quedara en la habitación en la que ahora duermes. Te regalé todas las noches y ahora ya nadie está conmigo cuando se ha ido el sol. La luna no me mira porque un día te descubrí desnuda ante ella. Es lógico, yo también invertiría mis horas en mirarte a través de las rendijas de una persiana para dibujar un poco de mí en tu cuerpo.
No es que me provoques insomnio, es que dormir contigo era más fácil.
Sandra
No hay comentarios:
Publicar un comentario